30 de septiembre de 2011

NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES EN SU SOLEDAD DE PATERNA DEL CAMPO






La primitiva Imagen de la Virgen de la Soledad se quemó en el incendio de la Parroquia de 1935.  Nuestra Sra. de los Dolores en su Soledad de Paterrna del Campo es  una bellísima Imagen de candelero para vestir. Fue tallada por el insigne autor Don José Sanjuán Navarro en 1935 en sustitución a la anterior Imagen, continuando con su fervorosa devoción de más de cuatro siglos que Paterna viene tributando a la Virgen bajo su advocación de Dolores en su Soledad.
Por lo que a sus características morfológicas y estilísticas se refieren, la hermosa cara de Nuestra Señora refleja todo el inmenso dolor que padeció como causa de la Muerte de Su Hijo, pero siempre con serenidad expresiva que mitiga todo gesto de amargura. El contorno del rostro es de elegantes proporciones, de redondeados rasgos, y de tersa textura, acercando su pálida policromía a la calma y el equilibrio. Posee talladas las orejas y esbozado el pelo también tallado.
Los recursos dramáticos se presentan en sus ojos de cristal, coronados por amplias y largas cejas y contorneados por pestañas postizas, careciendo de ese común pellizco que otras dolorosas suelen presentar en las cejas, y amansando todo gesto de dolor barroco. La levísima hinchazón de los párpados y el contorno ocular enrojecido debido al llanto destacan sobre la palidez del resto del óvalo. Las pupilas están dispuestas de forma muy ligeramente estrábica que consiguen una mirada baja, que se pierde en lo irreal y que dan unos rasgos de ensoñación, de dolor letífico. De sus ojos salen seis lágrimas: en la mejilla derecha, una recién salida del ojo, otra surca la zona inferior del pómulo y la tercera ronda la comisura de los labios, siendo esta última la de menor tamaño de las seis; en la mejilla izquierda, dos lágrimas rondan el contorno del ojo y la tercera se acerca a la aleta de la nariz.
Larga y preciosa nariz, de elegante y finos rasgos y con las aletas inferiores enrojecidas. La boca está entreabierta y el labio inferior está tenuemente contraído en un leve rictus de dolor, dejando ver los dientes tallados y la lengua, valores éstos que proporcionan una inmediata comunicación con el espectador. La comisura de los labios presenta una pequeñísima hendidura que marca un gesto sobrio y elegante de llanto.
Su cabeza está muy delicadamente inclinada a la derecha, rompiendo todo gesto de hieratismo y dándole naturalidad a su semblante. Sus manos están ampliamente abiertas, y son de una extensa factura, marcadas por la naturalidad de sus surcos y arrugas en la palma y por la elegante disposición de los dedos, largos y finos.
Debido a su juventud como talla, esta Imagen ha sido restaurada en dos ocasiones: en 1991, Don Pedro de la Rosa le restauró la mano izquierda y las cejas y le colocó nuevas pestañas, y en 1993 por Don Manuel Ramos Corona que le realizó un candelero, siendo su actual estado de muy buena condición.
Su Bendita Imagen se venera en la Capilla del Sagrario de la Parroquia. Es una capilla de planta rectangular, situada a la derecha del altar mayor. Su Efigie preside el retablo mayor de la capilla, en un bellísimo camarín a cuyos pies, sobre mesa de altar, se coloca el Sagrario de orfebrería.
Según consta en la página 33 del Libro de Inventarios de la época comprendida entre los años 1.939 y 1.957, de la Iglesia Parroquial de Paterna del Campo, Don José Moreno y su esposa, Dª. María Teresa Pacheco, hicieron la donación a esta Parroquia de un suntuosísimo altar para la Imagen de Nuestra Señora de los Dolores en su Soledad. Dicho retablo y altar, valorado en este inventario al que hacemos mención, en 22.500 Ptas., fue fabricado en los talleres salesianos de la Santísima Trinidad de Sevilla, bajo la dirección del maestro Carlos Bravo Nogales.

FUENTE: Página web hermandad de los dolores de paterna del campo

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