El cardenal Carlos Amigo Vallejo se despidió ayer, viernes 13, de la Archidiócesis sevillana con una homilía en la que destacó a esta archidiócesis como "la comunidad de los hijos e hijas de Dios en la que florecen santos y santas", rememorando las grandes figuras eclesiásticas de Sevilla como Santa Florentina, que desde su convento de Écija irradia la luz de la vida contemplativa y virginal. Santa Ángela de la Cruz, con ardiente amor a los pobres, siendo ejemplo de humildad y de alegría o San Francisco Díaz, nacido en Écija y martirizado en China".
También tuvo palabras para San Juan Grande, "hijo de Carmona y hermano de los hermanos más enfermos y menesterosos. San Diego de San Nicolás del Puerto, que hizo de la humildad el mejor testimonio de su seguimiento a Cristo. Victoria Díaz, la maestra de la collación de san Bartolomé. De Antonio Martínez, el joven de Montellano. De Bienvenido de Dos Hermanas y Ángel Ramos de Sevilla... Todos ellos ya glorificados".
Mostró su gratitud "a cuantos me ayudaron directamente en el gobierno de esta querida archidiócesis. De una manera particular mi felicitación y reconocimiento 'corde et ore' al señor Arzobispo por su inagotable bondad y a los sacerdotes, a la vida consagrada, a los fieles laicos".
Fotografías de "Cofrades".