3 de diciembre de 2009

LA INMACULADA CONCEPCIÓN: LA MADRE DE SEVILLA

LA INMACULADA CONCEPCIÓN: LA MADRE DE SEVILLA

El año pasado conmemoramos, en este Blog, la festividad de la Inmaculada Concepción haciendo referencia a la Talla que nuestra Hermandad de la Soledad tiene en su Capilla a la vez que tratábamos de explicar la defensa del Dogma de la Inmaculada que tuvo lugar en la ciudad de Sevilla, hace siglos.

Este año, me gustaría dar a conocer una hermosa leyenda que tuvo lugar en Sevilla capital y que tiene como referente a la Inmaculada Concepción.
Todo nace de una imagen con una leyenda que aún corre por Sevilla. El convento de S. Diego de Alcalá (Padres franciscanos), hoy desaparecido, se encontraba donde hoy se encuentran la estatua del Cid campeador, el Teatro Lope de Vega, el casino de la Exposición y parte de los Jardines del Parque de Mª Luisa (concretamente el restaurante la Raza y el Bar Citroën).
Allí nació una Virgen. El historiador Carlos Cabrera nos cuenta la historia de una talla de la virgen de la Inmaculada que hoy se venera en la Hdad del Silencio, que fue encargada a un escultor flamenco avecindado en esta ciudad, Hernando Gilmann, que fue bendecida por el arzobispo de Sevilla, Don Pedro de Castro, el 23 de enero de 1615, y ante la cual se desarrolló todo el Glorioso Movimiento Concepcionista sevillano de principios del siglo XVII. El día de la bendición de esta Imagen, uno de los hijos de este escultor, un niño pequeño, se cae desde un balcón al patio y milagrosamente salva la vida. El niño dice que una señora lo recogió en sus brazos. El escultor, antes, con un grito desesperado, dirige su mirada al cielo y exclama:” ¡Inmaculada del alma mía, sálvalo!" El niño, al acudir con sus padres a la virgen en acción de gracias y ver el rostro que había salido de la gubia de su padre, exclamo: ¡” Esta es la señora que me recogió en sus brazos!" De ahí que en la Hdad del Silencio, ante esta circunstancia milagrosa, se conozca a esta virgen como la virgen del Alma Mía. Se sabe de este escultor, que era como se ha dicho, flamenco. Parece que vivía en el barrio de San Bernardo y esta virgen es la única que tenemos de él.
De aquel convento, el de S. Diego de Alcalá, tuvieron que marcharse en el S.XVIII los franciscanos por una gran riada. Lo hacen a S. Luis, pues en aquella época no residían aún los jesuitas.
Al principio del S.XIX la Hdad del Silencio y gracias a la generosidad de la orden franciscana, obtiene esta talla. Hoy el Silencio, que por cierto llega a S. Antonio Abad en 1578, es su guardián. Un compromiso que tienen estos hermanos desde 1615 es defender con su propia sangre El Dogma de la Inmaculada Concepción de María. Si entran en la Iglesia de San Antonio Abad, por la puerta que da a la calle Alfonso XII,  encontrarán de frente a esta Imagen de la que les estoy hablando.
Hoy día, la Imagen de la Inmaculada se encuentra en cada rincón de nuestra ciudad. Es uno de los grandes símbolos de la cristiandad. Si un día visitáis este templo encontraréis la verdadera raíz Inmaculista en Sevilla. Una imagen sin la cual nuestra ciudad, seguramente, nunca hubiera sido mariana.
En estas fechas, dedicadas a la Inmaculada, no olvidéis ir a visitar a esta legendaria virgen y tened una oración en memoria de tantos como la defendieron.
Como decía el poeta Miguel del Cid:
"- Todo el mundo en general
a voces reina escogida
diga que soy concebida
sin pecado original".
Virgen del Alma Mïa


Además de esta Imagen de la Hermandad del Silencio, permítanme que les recomiende visitar la Catedral de Sevilla y contemplen un cuadro que, aunque se encuentra a una altura considerable, representa a la Inmaculada Concepción pero cuyo rostro es el de la Esperanza Macarena. O vayan al Monumento de la Inmaculada en la Plaza del Triunfo la noche del 7 de diciembre y verán como le rinden pleitesía las tunas de la ciudad de Sevilla.
Cuadro que se encuentra en la Catedral de Sevilla