MAMÁ, ¿POR QUE SOY COFRADE?.
DEDICADO A TODOS LOS COFRADES DE LA COMUNIDAD “PASIÓN EN SEVILLA”
Cuando en estos días estamos inmersos en numerosos preparativos para lo que se nos avecina, se me viene a la cabeza una sencilla pregunta: ¿Por qué soy cofrade?
Querido amigo, si tú también se haces esa pregunta, podrás entender esta sencilla reflexión y te sentirás identificado con lo que voy a describir a continuación.
Quizás, eres COFRADE, porque esas siete letras, guardan para ti un sentido dentro de este apasionante mundo que es la Semana Santa. Siete letras: tres vocales y cuatro consonantes que encierran la respuesta a nuestra pregunta.
Si amigos, siete letras…
Con la “C”…
Quizás te hayas emocionando con ese “CRISTO” que nunca ha visto Sevilla y que expira en Triana, y de “CACHORRO” por nombre. Has deseado ser alguna vez “CAIFÁS” de San Gonzalo, para ir lado del Cristo Hijo de Dios Bendito. Has anhelado ser “CAJILLO” de una cruz, para sentir el roce del madero criminal que acabó con el Hijo del Hombre. Quizás, la “CANDELERÍA” de tu corazón, ha ardido vivamente, cuando un nazareno te acercó a tus manos, la golosina antonomásica de nuestra Semana Santa: el “CARAMELO”
Con la “O”…
Qué cofrade no ha captado el aroma característico de la ciudad, como es “OLER” a Semana Santa. Quien no ha desviado la mirada hacia ese árbol con tronco corto, testigo de la súplica del Señor de Montesión: el “OLIVO” del Huerto, Prendimiento y Redención.
¿Qué cofrade no ha sido humilde, ante la explosión de “ORO” de su imagen, realzada por el corazón de un pueblo?. El cofrade es el “OSTENSORIO” portador del sentimiento cristiano.
Con la “F”…
Que cofrade no ha cangrejeado delante de un paso, cual “FISCAL” velando por la ordenación de su cofradía. ¿Quién no ha sentido la “FLAGELACIÓN” y el martirio de la vida ante cualquier adversa situación?. Amigos, esa “FUSIÓN” de detalles se nos agolpan en nuestra memoria, aterciopelando ese “FALDÓN” que ciega nuestro caminar.
Con la “R”…
Quién de niño no ha estrenado zapatos nuevos correteando por la “RAMPA” del Salvador. Quién no se ha alegrado de que Apolo nos lance su luz, en forma de “RAYOS” solares, que tanto deseamos en estos días. Y es que la Semana Santa, rige nuestras vidas, como si fueran “REGLAS” que se dictan en una hermandad, y que nos encargamos de jurarlas como hermanos.
Con la “A”…
Que cofrade no ha sentido esas molestias dolorosas, llámense “AGUJETAS”, que provienen de hartarse de ver cofradías. ¿Quién no se ha perdido en la bulla de una de las plazas más clásicas de Sevilla, como lo es la “ALFALFA”? . Soñar, soñar… quién no ha soñado ser apóstol, dormir la siesta y salir en procesión a la Plaza de los Carros a las seis de la tarde…
Los cofrades somos “ARCOS” cofradieros. Somos el Este y el Oeste por donde pasan los sentimientos cofrades.
Con la “D”…
Que cofrade no se ha “DESPOJADO” de su túnica, anhelando otra Semana Santa. Dos “DOMINGOS”: el de Ramos y el de Resurrección, que son el alfa y la omega, el norte y el sur de siete días de ensueño. ¿Quién no ha querido subirse al paso del “DUELO” y compadecer a la Virgen de Villaviciosa, siendo nosotros conscientes, de que a las pocas horas, la Resurrección tornará la alegría en gloria.
Con la “E”…
Que cofrade no ha simulado el recorrido de una cofradía por su mente, como si se tratara de un “ENSAYO” de costaleros. ¿Quién no ha querido ser Santo Varón, para prestar esa “ESCALERA” para descender a Cristo muerto.
Somos los cofrades, como una “ESPADAÑA”, que no faltamos en las capillas cofradieras, y que aguardamos esas campanas de adrenalina, para voltearlas cuando algo no conmueve o emociona.
Y es que amigo, llamarse COFRADE, no es una tarea compleja. Sólo implica tres únicas cosas: la FE, el SENTIMIENTO, y la PASÓN, de vivir intensamente nuestra SEMANA SANTA.