A PROPÓSITO DEL PREGÓN DE BARBEITO.
Por José Trashorras.
Mientras intento volver a la normalidad con el Blog que tantos problemas me está causando, he creído oportuno dejar mi opinión sobre el tan traído y llevado Pregón de la Semana Santa de Sevilla de este año que pronunciara Don Antonio García Barbeito.
No cabe duda de que en Sevilla, cualquier novedad, por mínima que esta sea, provoca estupor, rasgado de vestiduras y mala conciencia. A ortodoxos, nadie gana a los sevillanos. La verdad es que el Pregón de Barbeito no es un pregón al uso, vamos, de esos que guste a Sevilla. Una Sevilla acostumbrada a que dos más dos sean cuatro y punto.
Ha sido, según mi opinión, un Pregón valiente y atrevido. Un pregón de un valiente y de un atrevido que a pesar de todo lo que se le vino encima antes de ser leído, fue fiel a sí mismo creando lo que puede ser un claro antecedente para otro tipo de pregones futuros.
He tenido la oportunidad de escucharlo y de leerlo y me parece un texto de una calidad literaria muy importante y significativa. Hay momentos de enorme brillantez por las metáforas e imágenes tan bien construidas dentro de ese diálogo que mantuvo desde el principio con esa muchacha que no era otra que Sevilla. Incluso hubo momentos que me recordó hasta el momento de mayor misticismo de la literatura española al ejecutar versos y líneas que me retrotraían hasta el mismísimo Calderón de la Barca.
Se trata de un texto íntimo en el que, según llego a entender, la Semana Santa de Sevilla lo es porque es de Sevilla. Una Sevilla que no necesita que la pregonen porque se basta sola por su infinita belleza y plenitud.
Claro que, este Pregón, está muy lejos de esos otros en los que se cantaba y se nombraba cada una de las Vírgenes de Sevilla y complacía así a todos o a casi todos. Pero es que no ha hecho falta que nombre a nadie. Pienso que el Pregón ha tenido la grandeza de nombrar a Sevilla como el hecho que engloba todo cuanto hay y ocurre en la Semana Santa. Capaz de convertir al Dios agrario de Barbeito en un Dios que se pasea por las cuatro esquinas de esta ciudad que más que menos se mira de más a si misma.
A mí, me ha gustado mucho el Pregón de Barbeito. No tengo el gusto de conocerle personalmente. Sé que no va a leer este comentario colocado en este Blog. Peo a pesar de ello, enhorabuena, Señor Barbeito. Su Pregón me ha parecido formidable. El tiempo, de eso estoy seguro, lo pondrá en su sitio y ése será el de los mejores pregones pronunciados en Sevilla sobre su Semana Grande.