9 de marzo de 2010

REINA DEL GUADALQUIVIR.

 REINA DEL GUADALQUIVIR.

Por Daniel Madrid Pastor.


Marta del Castillo Casanueva: Hija, hermana, amiga, alumna, compañera, “Reina del Guadalquivir”... Éste último término ha sido el empleado por la Banda de Cornetas y Tambores San Juan Evangelista de Triana como título de la marcha dedicada en honor de la joven sevillana, fallecida en su ciudad natal en la noche del pasado 24 de enero de 2009 y que tras varias declaraciones por parte de los imputados, fue presuntamente vertida al río que cruza la capital hispalense.

Algo más de un año después de la trágica noticia e inmersos en el tiempo de preparación para la Semana Santa (Fiesta popular preferida por la joven, según su padre), me dispongo a reflexionar sobre este tema, que ha acontecido ser plato de mesa para todos los españoles y quizás haya cambiado la forma de rutina y la manera de entender la vida para muchos de ellos, para un servidor, el primero: Yo me considero un adolescente normal, con las características de la gente de mi edad, sin existir ninguna en especial a resaltar; un enamorado de mi tierra, fiel a mis aficiones y amistades, al igual que a mis salidas los fines de semana y a las redes sociales en internet, la fotografía y la Semana Santa ocupan casi todo mi tiempo libre, siempre sin olvidar las normas y los deberes que he de acatar en mis hábitos de vida. Un joven que con mis fallos y errores, aspiro a muchos logros y metas, que espero conseguir a lo largo de los años… Supongo que como le ocurriría a Marta, hasta aquel fatídico día en el que dos (O tres) infelices acordaron deshacerse de lo obtenido en 17 años de vida por una chica que contra nadie pecaba y que ningún mal hizo… Estas son las injusticias de la vida y por las que los dirigentes de nuestro país parecen no actuar; no voy a culpar a nadie ajeno al caso de lo ocurrido, pero estoy convencido, de que si nuestro gobierno hubiese actuado (O actuara, aun no es tarde) de un modo más drástico, ahora Marta descansaría digna bajo la tierra de su Sevilla, y velada por sus familiares y amigos y no en paradero desconocido… Nadie tiene derecho a robar lo que no le corresponde y mucho menos a una persona… Ojala los desgraciados que la mataron se pudran de por vida en la cárcel y tomen de su propia medicina…

Para concluir este artículo y exponiendo mi mensaje personal he de decir que no te conocí en vida, quizá, si no hubiese acontecido tu indeseable fallecimiento, jamás hubiese sabido de tu existencia, pero ahora, estés donde estés, vengas de donde vengas y vayas a donde vayas, te admiro, Marta, y como a ti, a tu familia, por vuestro coraje, por vuestra valentía y ante todo, por vuestra esperanza ante los obstáculos que pone vida en su sendero…

Ánimo y suerte, España está con la Reina del Guadalquivir.