Por Irene.
Seguro que tú que estás leyendo esto, te vas a ver reflejado en este relato, porque ¿quién no ha hecho un pasito en el mes de Mayo? ¿Quién no ha salido de costalero, ha tocado el tambor hecho con uno de detergente "Colón"? ¿Quién no ha ido pidiendo por la calle para sacar para chuches? ¿Eh? pues quien esté libre de culpa que tire la primera piedra.............!!Tened cuidado que tiráis a dar!
Bueno pues yo sí, al igual que todos los niños de mi casa de vecinos y los de la casa de al lado. Púes sí, en cuanto veíamos en el calendario el mes de Mayo, allí que íbamos todos los niños del barrio a hacer nuestro pasito de Mayo, pero nosotros no hacíamos el típico pasito con la cruz, no, no, de eso nada. Lo nuestro era una cofradía en toda la regla, con su cruz de guía, sus nazarenos, su paso de Cristo, el de Palio y hasta una banda de cornetas y tambores, vamos de trompetilla de los puestos de la feria que con el sudor de las manos se volvían verdes y si soplabas muy fuerte se quedaban mudas, por mucho que le dieras a la pestañita que traía dentro, esa no sonaba más, por lo que lo más seguro es que la dichosita trompetita fuese a parar lo más lejos posible de la patada que le daba el músico en cuestión.
Los tambores de detergente "Colón" o "Ariel" de cinco kilos que si lo aporreaban más fuerte de lo debido el tambor se iba a hacer gárgaras. !!!omaaaaaaa dame otro tambor de skip, que me sé ha rompió!!!,que a veces más vale que no tocaran, !!!Qué desafine por Dios!! Y !los solos de corneta!, solos se iban a quedar como siguieran tocando, qué ruido, eso era una herejía para los oídos. Pero éramos tan detallistas que hasta teníamos carrera oficial.
La cuadrilla de costaleros, la mejor, ni la de Santiago, anda que también estaba igualada, cuando se levantaba el de delante, el de atrás no llegaba y los pasos iban en una eterna cuesta, ahora eso sí, por lo menos se cogían el compás e iban los dos para el mismo lado. Lo que sí había que tener era mucha psicología, porque a la mínima de cambio se mosqueaban y se salían del paso, y entraba el refresco, o sea, el costalero se ponía de nazareno, el nazareno de músico y ahora nadie se quería poner de costalero!!! Qué sufrimiento!! Que no llegamos a tiempo al palquillo !Qué te metas ahí ya, a que se lo digo a tu madre, el año que viene no juegas!!. El puesto de capataz no tenia relevo posible! ¡! Porque era YO! y a ver quién era el guapo que me decía que no."Tu eres una niña y las niñas no son capataces", " pues a mí me da igual y como no te calles te rompo los dientes”. Discusión zanjada. Anda, a mi me van a hablar de mujeres nazarenas ¿nazarenas?. !!Capataces!!, como si no supiésemos mandar y dirigir, si es lo que mejor hacemos, y si no que se lo pregunten a los maridos.
La cofradía tenía tela de trabajo, porque allí no valía nada de otros años, vamos que no teníamos exposición de enseres. Lo nuestro era innovar de año a año.
Lo primero era hacer los pasos, nosotros lo teníamos muy claro, el paso de Cristo siempre era igual, variaba solo por una cuestión, si José Mari quería dejarnos su "Madelman", porque sino teníamos que pedírselo a Andrés, aunque siempre alguno de los dos daba su brazo a torcer a cambio, claro está, de aumentar su ración de chuches. Una vez conseguido el "Madelman" , que más que un Cristo doliente tenía cara de entre un "Rambo" mosqueado o un "metrosexual" con cara de embolillado, lo siguiente era caracterizarlo, eso consistía en ponerle un paño de pureza con cinta aislante y en pintarlo con mercromina de arriba abajo, que mas que un crucificado, parecía que se había escapado de la película "La matanza de Texas “y esto traía el consiguiente cabreo de la madre que parió al que nos lo prestó, o sea, José Mari o Andrés, porque los Reyes antes te traían pocas cosas y más vale que te duraran, porque ya no había más a no ser que te pusieras malo y te compraran algún cartón en donde venía el juego de café o los sobres llenos de soldaditos. Lo bueno es ya para el año próximo no había que hacerle nada porque la madre de Andrés lo guardaba para que no estropeáramos otro.
Una vez resuelto esto solo teníamos que buscar las parihuelas, que casi siempre lo solucionábamos con algún palé viejo, al que le poníamos cuatro patas y que medio se mantenía de pie, como un borracho en una cuesta abajo. Vamos ni la mejor canastilla de Guzmán Bejarano, eso sí, el carpintero también acompañaba a la cofradía, porque en cada levantá, allí que se soltaba la pata, se caía el Cristo!!!!Hala!!! Y sobre la marcha puntillas van y vienen! Una vez hasta achocó a un costalero, se le olvido que estaba debajo de la pata que intentaba clavar! Dios la que armo!!Pero el pobre era el que más trabajaba de tos nosotros, porque la mitad de las veces estaba arreglando el de Cristo y se escuchaba!!Chiquillo, el carpintero, que venga que se está cayendo el palio!!Era el más estresado de todos.
.Lo de los faldones, ni el más rico tisú tenia comparación con aquellos, que casi siempre eran las cortinas de floripondios que tenían nuestras madres para tapar el suelo del patio cuando encalaban y como te dieran en la cara te dejaban anestesiado, del polverío que tenían y la peste a aguarrás..Lo del "exorno floral" eso era otro cantar !que despeluche hacíamos en las macetas!! No quedaba una viva y si la vigilancia era férrea, a quitarla de los arriates, expuestos al peligro de un buen bofetón en el culo, porque entonces no había maltrato, solo una bofetada a tiempo y no nos pasaba nada. La cantidad de tortas que nos hemos llevado y ahora te miran malamente y ya tienes un trauma de por vida.
Después pasábamos a la segunda fase, “El Palio", pedazo de palio, hay lo bordábamos, a veces era de malla, de malla de las bolsas de cebollas y otras de rico terciopelo, dos o tres bayetas de las de quitar el polvo o alguna ropa camilla de "pelito"!!!Aquí había de todo!!!.Los varales , trozos de barras de las cortinas que siempre había algún padre que nos echaba una manilla, por ayudarnos nada mas, que va que a ellos les gustaba más que a nosotros, si mas de una vez había que decirle !!Papá que el paso es mío!!!Y la candelería, pedazo de candelería con los restos de los cirios de todos los que salían de nazareno, allí había cirios rojos de San Bernardo, color tiniebla del Gran Poder, blancos de mi Esperanza, la de los difuntos, una más alta, otra dobla y pá mocos los nuestros que teníamos churretes a la altura de las orejas. Anda que también las alineábamos. Como caían así quedaban.
La virgen en cuestión era, unos años la Nancy, otros la Leslie, otro la Core, según si había alguien que había hecho la comunión y a unas malas una virgen que tenía mi madre, de esas que se ven en la oscuridad, de las que cuando las veías de chica en la habitación te ponían enferma, creyendo que era un espíritu, y además, casi siempre era la virgen de Fátima, !!!Que repelo!!!!!, regalo de alguien que había ido allí, y yo me pregunto ¿ a quién se le ocurre regala eso por Dios?. El vestirla era cosa "de niños", nunca mejor dicho, la saya papel dorado de la papelería, porque entonces no había papel Albal, eso quiera que no, facilito mucho las tareas de los "mini priostes". El manto la funda del cojín de Ceuta, esos que eran de tela brillante, con unos chinos pintaos, el rostrillo, cualquier "pañito de cómoda" que hay que ver lo que le gustaba a nuestras madres y abuelas poner un pañito en tos laos, compraban el tresillo nada más que para ponerle pañitos, porque después no te dejaban sentarte en él !niño baja los pies, siéntate derecho, que caes el pañito! !ea! pos me voy al suelo.
La corona era un pedazo de alambre estilo diadema, lo siento pero está, no estaba coronada, así que eso es lo que había.
Una vez diseñada la cofradía se iba a la plazoleta de al lado y se "contrataba" a la susodicha banda que mas que banda era desbandada .Un año hasta nos dejaron tiraos a mitad de la carrera, porque los de la otra plazoleta les pagaron más chuches, y tuvimos que volver en plan ""recogimiento”. Empezamos como la Macarena y terminamos como "El silencio”. Aunque la verdad es que nuestro oídos lo agradecieron.
Lo de los nazarenos también estaba controlado ya que los varones de la pandilla salían casi todos los días en alguna, allí había nazarenos de todos los colores y como todos los años renovaban los capirotes, pues eso, con los cartones y un buen trozo de sabanas, porque nuestra cofradía era de capa; ya estaba todo solucionado y de vela el escobón. Lo que nos hacía falta era también un cirio, como no teníamos ya peligro sin él.
Llevábamos hasta acolito con una bata de la madre, de esas de diseño Juan manuelino y con un incensario que hicimos con una lata y una cadena de las antiguas cisternas, pero eso fue solo un año, no sabíamos que el calor subiría por la cadena, aunque el que si se entero fue el que lo llevaba, al rato de tenerlo encendido las ampollas en las manos eran ya considerable, pero ni pá la orden lo soltaba, porque !!!!!La lata y los carbones eran suyos!!!!!Y ni cortándoselas lo soltaba. Al año siguiente no quiso salir, nunca supimos porque, ja, ja, ja. ¿Le marearía el incienso...?
Un año sin embargo no pudimos hacer estación de penitencia, porque al "abrir las puertas del templo" el sótano en cuestión, nos dimos cuenta que las ratas se habían merendado los dos pasos, nada suspendida la salida y baño general de todo el personal en los barreños de cinc, cuando las madres se dieron cuenta.
Otro año casi formamos la de Dios es Cristo, al hacerse de noche se nos ocurrió ¿encendemos la candelería? y tanto que la encendimos. Allí que te va Chari con el mecherito en la mano, y para que más, aquello dio una llamarada que dio miedo, el palio de malla de plástico, duró un susto, se gurruño y empezó a caer encima de la "Virgen" a la que le empezó a arder la saya que daba gusto, el pelo desapareció al instante y los ojitos se le descolgaron de las cuencas, con gesto como de asombro !Valiente panorama! A esto los dos costaleros, sin enterarse de nada meciendo el palio, o bueno ,lo que iba quedando de él, eso sí, de costero a costero, las mamas chillando desde los balcones y alguna que otra acordándose de tos nosotros y de nuestras madres también, a los gritos acudieron otros vecinos que se liaron a echarnos cubo de agua que ni te cuento !ni que fuera el coloso en llamas!! y eso que dicen que el "pan de oro" se levanta con el agua. Pues aquí cayó hasta para que se acostara el pan y la madre que parió al pan. A todo esto, todos nosotros con la cara demudada y los ojos como platos al ver el panorama. Ahora que lo malo fue lo que vino después, eso si que fue terrorífico, vamos ni las carreritas de la madrugada, allí que aparecen todas las madres, con los pelos alborotaos por las escaleras abajo, las venas del cuello de un dedo de gorda, con la babucha en mano, clamado el nombre del respectivo retoño y nosotros tos al unísono! Yo no he sido a sido la Chari!!!y trincándolo por la oreja y a babuchazos con todos nosotros, echando la barriga para delante, para que tu madre no acertara en el culo y poniendo la mano, aunque era para nada, después te dolía la mano y el culo, por eso si, para puntería una madre con una babucha. Al otro día a ver quién era el guapo que salía al patio, la semana entera castigaos, siseándonos por los patinillos interiores.
Pero eso no era obstáculo, al año siguientes allí estábamos otra vez erre que erre con los pasitos y a las madres advirtiéndonos! !a ver si la lías como el año pasado, te estás enterando Chari! !y es que nosotros no perdíamos el tiempo en videoconsolas ni artilugios de esos, lo nuestro era jugar a la billarda, al tejo, al coger, a la cuerda, al elástico ,a la pila, al cielo voy y a todos esos juegos, !!!Anda que también había entonces "niños obesos"! !Si no parábamos y sobre todo desde pequeños ya vivíamos nuestra semana santa. !!!Qué buena escuela tuvimos!!!