"...Como ayer mismo te
decía aquí, Soledad, no he dejado de quererte ni un solo instante de mi vida.
Nací con tu nombre, Soledad, en mis labios y desde pequeño me inculcaron el
amor y el cariño que sólo se le puede tener a una madre buena. Nunca he dejado
de mirarte ni cuando tengo la mirada baja porque tu silueta de mujer andaluza y
morena está grabada con todo el amor del mundo en lo más profundo de mis
pupilas, tan profundo que anida en el corazón que es donde habitan los mejores
y más genuinos sentimientos. ..."
Y aquí
me tienes, Soledad, intentado decirte las cosas más bellas porque tú te las
mereces todas.
Cuando te miro….eres tan sumamente bella, que no
existe el tiempo en tu contemplación. Ni siquiera el fuego pudo detener los
cauces de tu Hermosura
Me cautivaste desde niño… y todavía no me he despertado, ni quiero
hacerlo… Sin que yo te invitase a entrar, pasaste a convertirte en el
sentimiento más desconocido que ha entrado en mi corazón… Un corazón, Señora,
que desde ese día late de otra forma… Late a tu ritmo, Soledad.