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Magnífica la Procesión que conmemoraba, entre otros actos, el 450 aniversario fundacional de la Hermandad. Un paseo singular por Sevilla a los sones de impresionantes marchas perfectamente elegidas bajo las notas inmejorables de la Banda del maestro Toscano. El paso era perfectamente armónico y lucía en todo su esplendor con sus escudos pintados en sus velas o con los claveles blancos en su ornamentación floral, o en la vestimenta perfecta de la Virgen que no hacía recordar imágenes de tiempos pretéritos.
Un momento, para mí, espectacular fue el paso de la calle Francos a Chapineros con la marcha Valle de Sevilla. Fue sublime.
Un regreso multitudinario en el que estaban presentes, con sus varas y estandartes, alrededor de unas cuarenta hermandades de Sevilla y la provincia, hasta la puerta del Ayuntamiento en el que pudimos disfrutar de una gran petalada.
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