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El sonido de un tamboril y el estruendo de un cohete nos hicieron caminar hasta tus plantas y una vez más, Señora, cantarte esos versos que suenan lejos en unas arenas marismeñas y que, mirando la luz de tu mirada, nos hace saber que eres la Mediadora Universal que habita en este pueblo para orgullo de tus hijos soleanos:
"Aquí estamos otra vez,
para decirte que te queremos,
otra vez,
para cantarte por sevillanas,
otra vez,
para llorar ante tu mirada,
te pedimos otra vez
que nos concedas la gracia,
otra vez,
de volver a besar tus plantas,
otra vez
y llorar ante tu mirada."
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