Se trata, sin duda alguna, de una entrañable fotografía en la que podemos ver a la Virgen de la Soledad y a la entonces niña, Ana María Bejarano. Esta fotografía nos sirve, además, para darnos cuenta de los antiguos varales del paso de palio y de la no terminación, todavía, del bordado del palio.
Fotografías como esta ayudan a ir uniendo los trazos de la historia de nuestra querida hermandad, de ahí que exprese mi más sincero agradecimiento a Ani Bejarano por la cesión de distintas fotografías que iremos subiendo a lo largo de estos próximos días y, una vez más, mi agradecimiento a Alegría Fernández por su ayuda en estas tareas de recopilación de fotografías y pedacitos de nuestra historia.