No
cabe la menor duda de que para los que nos gusta la Semana Santa, lo más
importante siempre será la Imagen Titular de nuestra Hermandad y todas y cada
una de las benditas imágenes que procesionan a lo largo de estos siete
días. Pero en los pasos de esta Semana
Grande, aparecen otras figuras que conocemos en mayor o menor medida o que, tal
vez, pasan desapercibidas. Me refiero a las que reciben el nombre de figuras
secundarias. Dicen que la más importante
de la Semana Santa de Sevilla es el cirineo de Ruiz Gijón de la Hermandad de
San Isidoro. Otras tienen el privilegio de ser admiradas por cualquier motivo artístico o peculiar que
las hace ser merecedoras de ser muy conocidas: el Pilatos de San Benito o el
Judas de la Redención, por ejemplo.
Sin
embargo, para mí, hay una figura secundaria que me ha parecido la mejor de
todas ellas por razones que todavía no alcanzo a comprender del todo.
Se
trata de la Magdalena que esculpiera Castillo Lastrucci para la Hermandad de la
Hiniesta en el año 1944. Se trata de una imagen de talla completa realizada en
madera de cedro estofada y policromada. Es una obra de una alta calidad, muy
personal del maestro, con un cuidadoso estudio de la composición, los pliegues
de los ropajes y el naturalismo de la expresión llorosa del rostro. Se trata de
la única imagen de Santa María Magdalena de la Semana Santa de Sevilla de talla
completa de la que siempre se ha destacado su rico estofado.
La
Hiniesta es la única cofradía que ha conservado la escena de la Magdalena sola
y arrodillada a los pies del Crucificado. Un misterio que fue utilizado por
otras hermandades que lo fueron suprimiendo a lo largo del siglo XX.
Siempre
la había visto en el paso acompañando al Señor de la Buena Muerte. Hace unos
días, no obstante, tuve la suerte de poder ver esta Imagen en su Iglesia de San
Julián cuando acudí a presenciar el Vía +Crucis que celebró la Hermandad por
las calles de su barrio.
Con toda seguridad es una Imagen de una belleza espectacular que representa esa
Magdalena que durante tantos años nos han mostrado, mujer pecadora, sensual y
arrepentida.
Para
mí es, sin duda alguna, una figura secundaria protagonista. El conjunto que forman el Señor Crucificado,
Santa María Magdalena y "la mirada" es impresionante.
Permítanme
contarles una anécdota poco conocida que escuché en cierta ocasión y que
desconozco si es real o no:
Cuando
Castillo Lastrucci realizó la talla de la Magdalena de la Hermandad de la
Hiniesta, parece ser que fue censurada por un personaje de la autoridad
eclesiástica de aquellos momentos con gran influencia en las hermandades y
cofradías y en su mundo en general. En el hombro que aparece descubierto, hay
una parte que simula un forro o prenda interior y que no es de madera, sino de
tela encolada. Se le sugirió al maestro que quedaba demasiado hombro
descubierto. Castillo Lastrucci, evidentemente,
se vio obligado a corregir este detalle.