La Soledad, una advocación muy
vinculada a la Resurrección y las glorias de María
Por Pepe Trashorras Martínez.
La de Nuestra Señora de la Soledad es una advocación muy
extendida por toda la geografía andaluza y española. Muchas de las hermandades
que rinden culto a María en su Soledad tienen como titular, además, a Cristo
Yacente. También coinciden bastantes de ellas en la celebración de la Pascua de
Resurrección o de diversas fiestas de gloria. Aunque algunos de estos festejos
han variado de fecha y forma a lo largo del tiempo y haya corporaciones que los
han perdido, muchas otras aún los mantienen. Es el caso de nuestra hermandad,
que celebra tanto el Domingo de Resurrección como las glorias de María en el
mes de mayo.
Históricamente ha
sido común el hecho de que los fieles que daban culto al Santo Entierro de
Cristo y a María en su Soledad celebrasen también la Resurrección, bien con la
imagen de la Soledad o con otra talla gloriosa de la Virgen. Esto ocurría ya en
el último cuarto del siglo XVI en la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo
(Sevilla), por entonces con sede en la antigua Casa Grande del Carmen, en la
calle Baños. En aquella época la corporación salía a la calle el Viernes Santo
con su titular mariana y también con el Santo Sepulcro, que dejaban a la vuelta
en el compás de un convento, donde era velado. El Domingo de Resurrección al
alba los cofrades volvían a dicho lugar con una imagen letífica de la Virgen, y
allí se realizaba el encuentro con la talla de un Resucitado, con la que
volvían en procesión a su capilla en el convento del Carmen.
Estas ceremonias de
Pascua, que se popularizaron en muchos lugares, continúan celebrándose con
bastante arraigo en localidades como el municipio onubense de Hinojos o el
sevillano de Coria del Río, pueblos donde se realizan los tradicionales y
conocidos “abrazos” entre la Soledad, vestida de reina en un paso de gloria, y
el Resucitado, lo cual atrae muchos cofrades. También ocurre algo parecido en
la vecina localidad de Benacazón, donde se da la particularidad de que la querida
Hermandad de la Soledad lleva a cabo el popular encuentro con una talla del
Niño Dios y otra de la Pureza de María en una mañana de algarabía y júbilo. En
Huévar esta jornada se ha celebrado desde hace siglos. De hecho, el documento
más antiguo en posesión de nuestra hermandad, de 1621, se refiere al pago a un
maestro cohetero para dicha festividad. Asimismo, nuestra Madre de la Soledad posesionaba
el Domingo de Resurrección junto a Cristo Resucitado, si bien en 1953 la salida
de la Virgen se trasladó al mes de mayo, pasando a convertirse en el
acontecimiento central de las fiestas y cultos de gloria del mes de María en
honor de nuestra amantísima titular. De esta forma, el Resucitado dejó de
procesionar hasta el año 2004, cuando se recuperó la tradición en nuestra
villa. Otros pueblos donde la hermandad de la Soledad celebra la Resurrección
del Señor con su imagen mariana son Gerena, Castilleja de la Cuesta o Albaida
del Aljarafe, localidad aljarafeña con importantes vínculos con la nuestra
donde la Soledad también sale a la calle el 8 de septiembre para celebrar la
Natividad de la Virgen María.
Todo esto nos
invita a reflexionar acerca del significado que, especialmente en nuestra
comarca, tiene la advocación de la Soledad: no solo de tristeza y desamparo
ante la muerte del hijo, sino de espera y, sobre todo, esperanza por la
resurrección. Al igual que ocurrió con la Semana Santa, este año Nuestra Señora
de la Soledad tampoco podrá salir a las calles de Huévar del Aljarafe en sus
fiestas de gloria. Sin embargo, el vínculo tan fuerte que existe en nuestra
localidad entre la advocación de la Soledad, la Resurrección de Cristo y las
glorias de María seguirá fortaleciéndose. Vivamos intensamente estos días de
alegría a pesar de la nostalgia para celebrar con más ímpetu si cabe nuestro
amor por la Virgen en la procesión del año próximo.