28 de diciembre de 2008

LOS NAZARENOS DE CAPA.



LA CAPA Y SU INCORPORACIÓN AL ATUENDO COFRADE EN LA SEMANA SANTA SEVILLANA


Es evidente, que para cualquier profano en la materia, sobre todo si procede de otras latitudes ajenas Sevilla, casi no existen diferencias entre el hábito nazareno de unas y otras Cofradías hispalenses, excepción hecha del color de las prendas que lucen en su atuendo cofradiero.Sin embargo, el sevillano cofrade (o sea; casi todo el mundo en nuestra Ciudad) sabe perfectamente que existen dos tipos distintos y bien diferenciados entre sí.Uno de ellos directamente enraizado en los principios de nuestra Semana Santa (¡hace más de seis siglos!) es el que, en Sevilla, hemos dado en llamar "túnicas de cola"; o sea: Aquellas consistentes en una larga vestidura que se prolonga por su parte posterior, de manera pseudo-triangular, siendo este aditamento el que llamamos "cola". Algunas hermandades (la mayoría), entre las que visten dicho hábito, han optado por "recoger la cola" con el esparto", esto es, pasarlo por el interior del cinturón de esparto trenzado (o, en algunos casos, cíngulo), mientras que otras (muy pocas) prefieren mantener el modelo original y la sostienen con uno de los antebrazos (siempre el opuesto al brazo que porta el cirio, vara o insignia). En este punto hemos de señalar que desde las primeras décadas del presente siglo y hasta hace, relativamente, poco tiempo, sólo la Cofradía de la Hermandad de "El Calvario" continuó siguiendo el estilo tradicional (recoger "la cola" sobre el antebrazo), si bien hoy en día son algunas más las que han recuperado estas formas.Debemos recordar que, en origen, "las colas" eran portadas de esta última manera, en el transcurso de la procesión penitente ("la cofradía", según la terminología sevillana) y durante el tránsito por las naves catedralicias (meta y final de la "Carrera Oficial"), quedaban sueltas, en señal de duelo por La Pasión y Muerte del Redentor, algo que no se realiza en nuestros días, quizás, porque debido al gran incremento del número de nazarenos (hermanos que integran la cofradía) experimentado por nuestras hermandades, ello comportaría un excesivo alargamiento del cortejo, con los inconvenientes anejos de tiempo y espacio. No obstante, en La Hermandad de la Soledad de Olivares, sí se mantiene esta costumbre de solar las colas de los nazarenos. En este punto podemos recordar que, hasta fechas relativamente recientes, la Cofradía de la Hermandad de "El Calvario", paradigmática en su formas externas, en cuanto a "cofradías de silencio", entre las de nuestra Ciudad, guardaba una mínima distancia entre las parejas de nazarenos que componían el cortejo penitencial (que podemos estimar en dos metros) mientras que en nuestros días, debido al gran aumento de integrantes del cortejo experimentado por los hermanos que figuran en la comitiva, ha debido reducir dicha distancia de forma radical.No obstante, no es objeto de estas líneas hablar de las "túnicas de cola", sino analizar el fenómeno que constituye la aparición del otro tipo de hábito nazareno; el que en Sevilla conocemos como "túnicas de capa".No hemos podido aun conocer, a ciencia cierta, cual fue el motivo por el que este tipo de hábito hizo su aparición; sin embargo, dada las fechas en que se incorpora al atuendo cofradiero (mediados del Siglo XIX), podemos intuir que su génesis tuvo mucho que ver con el ambiente romántico existente en la "Sevilla de los Montpensier", durante dicha centuria.En este sentido, la Hermandad de "La Quinta Angustia" fue la primera en incorporar la capa al hábito nazareno, cambiando de manera radical la estética de algunas de nuestras cofradías.Este hecho, singular y trascendente, se produjo el día 9 de Abril, del año 1.857, siendo (como ya hemos citado) la Hermandad conocida coloquialmente como "La Quinta Angustia", la que protagonizó tan novedoso cambio en el atuendo cofradiero y ocho años más tarde, el día 13 de Abril, de 1.865, es la antigua y afamada Hermandad de "La Oración en el Huerto" ("Monte-Sión") la segunda Corporación penitente que se une a dicha corriente innovadora. Al año siguiente (1.866) lo haría la Hermandad de "La Sagrada Mortaja" y un año después sería "La Carretería", quien adoptara el nuevo hábito, aunque más tarde volvería a utilizar "túnicas de cola" (*), en su cortejo penitencial. Curiosamente esta es la única Cofradía, entre las que visten "túnicas de cola", que no porta el cirio en alto y apoyado en la cadera, entre todas las que ostentan dicho atuendo.Con posterioridad, en el año 1.882, la Hermandad de "Nuestro Padre Jesús de Las Tres Caídas y Ntra. Sra. de Loreto" ("San Isidoro") cambia radicalmente de atuendo y sigue la moda imperante; aunque más tarde (al igual que la antes mencionada de "La Carretería") volvería a las antiguas formas.Y, es en la Madrugada del Viernes Santo, día 19 de Abril, de 1.888, cuando las puertas de la iglesia parroquial de San Gil se abren para dar paso al cortejo nazareno de la Hermandad de "La Sentencia" ("La Macarena"), cuyos cofrades, por vez primera, lucen la nueva túnica, consistente en sotana y capa de color crema pálido, realizada en lana merina, cubriéndose los nazarenos con antifaz de color verde oscuro, confeccionado con terciopelo. Tanto por las formas que presenta la capa, en sí misma, como por la conformación del antifaz (que se prolonga en esclavina sobre los hombros), esta túnica es distinta a las otras que ya habían tomado dichas apariencias. Su "alma mater" es el insigne Juan Manuel Rodríguez Ojeda, conspicuo cofrade de "La Macarena", bordador y diseñador de prestigio, quien con su ingenio ha creado, sin saberlo, una "escuela" para muchas hermandades.A partir de este momento se inicia un "movimiento" entre algunas hermandades de Sevilla, que puede llamarse "macarenizante" y que va a afectar a muchas corporaciones hispalenses, llegando, en nuestros días a traspasar no sólo las fronteras de la Ciudad sino de la provincia e, incluso, de la región.Lógicamente, no todas las hermandades siguen esa corriente y es ahí, en ese momento concreto, cuando se divide "en dos bandos" (por supuesto no adversarios, sino absolutamente complementarios e indisolubles), la Semana Santa sevillana.Las hermandades "de barrio" o arrabal, se identifican claramente con la de "La Macarena" y siguen su "estilo", mientras que las "del centro" (aquellas que residen canónicamente en templos de la "Sevilla intramuros") siguen con las más austeras formas de las "túnicas de cola".¿Se produce entonces un "divorcio" entre hermandades del centro y de arrabal? En modo alguno. Sevilla, en lógica consonancia con su peculiar idiosincrasia, asume y asimila ambas formas. Se identifica con las dos y "balancea" modos y formas que aparentemente se oponen.Tomemos (¡ como no !) el paradigma de nuestra Gran Celebración... la Noche Grande de Sevilla... "La Madrugá". En esa jornada penitencial se unen (al cincuenta por ciento) "las dos sevillas de cofrades militantes".Por un lado; desde los límites del Nor-Este de la antigua muralla almohade llega "La Macarena"; de las cercanías a la Puerta del Osario, "Los Gitanos" y, allende el Río, desde la antigua y singular Puebla de Triana; la Hermandad de "La Tres Caídas de Cruz de Ntro. Señor Jesucristo" ("Esperanza de Triana").De intramuros... de la Sevilla ancestral, "El Silencio", "El Gran Poder" y "El Calvario", ponen el contrapunto... Las tres últimas con austeras túnicas "de cola", confeccionadas en ruan de color negro... Las primeras exuberantes en su atuendo, donde el color y el terciopelo encuentran mejor acomodo, para componer sus "túnicas de capa". Y, llegados a este punto, podríamos reflexionar acerca del "estilo macarenizante", que, durante décadas invadió a muchas cofradías sevillanas.No existe contradicción entre ambos hábitos nazarenos (o no debería existir); ya que los dos sirven para conferir al cofrade sevillano, la máxima dignidad que la Urbe admite: Convertirse en NAZARENO.Expuesto todo lo cual, pasamos a señalar, por orden cronológico, las hermandades que incorporaron la capa a su atuendo nazareno, denominándolas según la terminología popular, por la que se las conoce en Sevilla.