14 de julio de 2009

LA RIVALIDAD EN ALCALÁ DEL RÍO


LA RIVALIDAD EN ALCALÁ DEL RÍO.

Seguramente, todos conoceremos el hecho acaecido hace unos días cuando los medios de comunicación se hicieron eco de una sentencia judicial por la cual una promotora debía indemnizar con 14.000 euros al anterior propietario de unos terrenos en los que ésta construyó viviendas en Alcalá del Río, por incumplir 2 cláusulas del contrato. Las 2 cláusulas eran la colocación de un retablo de la Virgen de la Soledad y la prohibición de pintar las zonas comunes de verde, al ser el color de la Hermandad de la Vera-Cruz.
Para muchas personas, un caso como éste puede resultar extraño aunque no son más que un fiel reflejo de la realidad que se vive en muchas poblaciones de la provincia de Sevilla y que responden más a una cuestión antropológica que religiosa propiamente dicha. El Aljarafe, por ejemplo, es una buena muestra de ello existiendo una rivalidad más que patente en muchos de nuestros pueblos.
En el caso de Alcalá del Río, el conocido “PIQUE” se da entre las hermandades del Santo Entierro (Virgen de la Soledad) y la de la Vera Cruz (Virgen de las Angustias). Posiblemente, fuera de las hermandades de Sevilla capital, son las más ricas y “poderosas” de todas las de la provincia: tanto en patrimonio como en el tipo de festividades y procesiones que llevan a cabo. Tanto la una como la otra.
Para que nos hagamos una idea de la rivalidad existente podemos fijarnos en lo ocurrido en el año 1995 cuando el Arzobispo firmó el decreto de Coronación Canónica de la Virgen de la Soledad que se iba a celebrar en junio de 1996. Este hecho provocó la indignación de los cofrades de la hermandad de la Vera-Cruz, quienes inmediatamente solicitaron que se reconociera como canónica, y con carácter retroactivo, la imposición de la corona que realizara en octubre de 1971 el Cardenal Bueno Monreal.

-Virgen de la Soledad-


Hasta entonces, todo el proceso relacionado con coronaciones canónicas era largo, confuso y ante todo discreto, pero la presión política que recibió el Arzobispado ante el temor a problemas de orden público, hizo que inmediatamente se firmara el decreto de convalidación de la Coronación, aunque válido sólo a partir del 25 aniversario. Fue un invento de urgencia que posteriormente se trasladó a la capital (Santa Genoveva, San Roque y recientemente Baratillo). Fue quizá el momento más caldeado del pique.

--Virgen de las Angustias-