10 de diciembre de 2009

BESAMANOS A MARÍA SANTÍSIMA DEL ROCÍO, DE SEVILLA.

El pasado fin de semana, coincidiendo con la Fiesta de la Inmaculada, se celebró el Besamanos a María Santísima del Rocío, de la Hermandad de la Redención. Todos mis amigos y conocidos saben que se trata de mi Hermandad de Sevilla y no podía dejar pasar este hecho sin hacerle una visita. Por ello, dejamos constancia de este Besamanos mediante estas fotografías a la vez que detallamos, siguiendo las fuentes de la propia hermandad,  algunos de los aspectos históricos y escultóricos de esta preciosa Imagen.

La advocación de María Santísima del Rocío fue adoptada por la Hermandad merced a la siguiente consideración:

Definido el Dogma de la Asunción de Nuestra Señora a los Cielos por el Sumo Pontífice Pío XII, la Hermandad cree firmemente que después de su concepción Inmaculada y su gloriosa Asunción en cuerpo y alma a los Cielos, la Santísima Virgen María es Mediadora Universal de todas las Gracias, que Dios Nuestro Señor envía sobre nosotros.
Y gracia también fue laVenida del Espíritu Santo sobre los apóstoles.
Ante tal advocación, pronto aparecieron detractores considerando que era una advocación propia de una Virgen de gloria, y más cuando poco tiempo antes se habían denegado las advocaciones de Amparo para la Virgen de la Hermandad de Jesús Despojado y la de la Asunción para la Virgen de la Hermandad de San Esteban.
Pero los fundadores replicaron con el hecho de que muchas Vírgenes de Gloria tenían en Sevilla su versión dolorosa, y se justificaron aludiendo a María, en el momento de Pentecostés, consiguiéndose así, la advocación de Rocío para la titular de nuestra Hermandad.
Historia
La talla fue bendecida el 4 de Diciembre de 1955, año en que la terminó su autor, Castillo Lastrucci.
Su historia anda en cierta medida, paralela a la de la talla del Señor, recordándose en la Hermandad la primera salida procesional y las ocasiones en las que por obras en la calle Santiago, hubo de refugiarse en otros templos.
Restauraciones
Las distintas acciones que se han realizado sobre la talla han estado más relacionadas con modificaciones de la misma que con arreglos de deterioros encontrados.
Hay que tener en cuenta que durante la ejecución de la talla, Castillo Lastrucci recibió múltiples indicaciones de las características que debía reunir la imagen: a qué otras debía parecerse, cómo debían ser los ojos o el gesto....
Ante tales sugerencias, el autor no pudo dar rienda suelta a su inspiración, y la obra obtenida salió como híbrida entre las Dolorosas de Castillo (Hiniesta,Dulce Nombre y La O) y las directrices que se le señalaron, sin carecer por ello de belleza.
Las opiniones sobre la talla fueron muy dispares, y al pertenecer muchos de los no partidarios de la misma a la junta gestora, devolvieron la imagen a su autor para que la mejorara en 1959, modificando éste su aspecto rehaciendo la mascarilla.
El resultado obtenido tampoco fue del gusto de ciertos sectores, aludiendo a la falta de finura. Por este motivo, en 1962 se pidió a Sebastián Santos que modificara de nuevo la mascarilla, a lo que éste se negó ya que no le complacía intervenir en el trabajo de un escultor vivo.
Recurrió entonces la Hdad. a Francisco Buiza Fernández para que le afinara la cara nuevamente imprimiéndole un cierto aspecto y la encarnó, dotándole de mayor finura.
De tal forma se ha mantenido hasta el día de hoy.
En 1996 Ángel Rengel dio una nueva pátina al rostro de la Virgen y le hizo otro candelero nuevo pues se había apreciado una fisura en la peana.

Talla
La imagen es una talla de madera de pino, cuyo candelero oval de ocho listones, que arranca desde la cintura, le otorga una altura de 174 cms.
La mirada la tiene al frente, ligeramente hacia abajo y su aspecto recuerda en parte a la Esperanza Macarena.
Posee ojos de color marrón, de cristal, y pestañas postizas. Por sus mejillas resbalan cinco lágrimas también de cristal, dos por la derecha y tres por la izquierda.
Muestra la boca lo suficientemente entreabierta como para poder apreciar el tallado de los dientes superiores: En lugar de los dos incisivos centrales normales, tiene el diente central característico de las imágenes de Castillo Lastrucci, que los restauradores posteriores han respetado.
Las manos las lleva extendidas hacia delante, al modo habitual de las dolorosas sevillanas