Unos 300 ganaderos cumplieron el domingo 26 con la tradicional saca de las yeguas, un acontecimiento secular que consiste en movilizar a 1.300 yeguas y a sus crías del interior del Parque Nacional de Doñana, donde pastan en estado semisalvaje durante todo el año, y conducirlas hasta el recinto ganadero de Almonte. Allí, los yegüerizos proceden a la tuza (limpieza de crines), al herraje y al marcaje de los equinos para su venta. Tras estas labores, los animales regresan a las marismas.
La saca de las yeguas es una tradición centenaria que se celebra en Almonte cada 26 de junio, coincidiendo con la Feria San Pedro, fiesta patronal y antigua feria ganadera.
En los días previos a la fecha, los almonteños se adentran en la marisma para recoger las yeguas y potrillos que pastan durante todo el año en las distintas zonas de Doñana y agruparlos. La mañana del 26, todo el grupo recorre varias calles de la aldea de El Rocío, hasta llegar a la Ermita, donde es bendecido por el párroco. En este momento, la Asociación de Ganado Marismeño regala un potrillo a la Virgen del Rocío y sigue su camino para salir de la aldea y dirigirse hacia Almonte.
Una vez llegados allí, los animales son encerrados para la limpieza, conocida como tuza, y el herraje de los potros para su futura venta. Los ejemplares que no son vendidos, ya preparados, son devueltos a la marisma.
En los días previos a la fecha, los almonteños se adentran en la marisma para recoger las yeguas y potrillos que pastan durante todo el año en las distintas zonas de Doñana y agruparlos. La mañana del 26, todo el grupo recorre varias calles de la aldea de El Rocío, hasta llegar a la Ermita, donde es bendecido por el párroco. En este momento, la Asociación de Ganado Marismeño regala un potrillo a la Virgen del Rocío y sigue su camino para salir de la aldea y dirigirse hacia Almonte.
Una vez llegados allí, los animales son encerrados para la limpieza, conocida como tuza, y el herraje de los potros para su futura venta. Los ejemplares que no son vendidos, ya preparados, son devueltos a la marisma.




