15 de agosto de 2011

IN MEMORIAM




Tras haber estado unos días fuera de Huévar, he vuelto para encontrarme  de bruces con la luctuosa y triste noticia de la muerte de un buen hombre, de una buena persona, de un buen amigo.
Todo parece, Fili, como si quisieras haberte marchado de puntillas, sin que se notara demasiado pero lo cierto es que tu falta somos muchos los que la notaremos con una enorme añoranza.
Aunque no te he tratado todo lo que yo hubiese querido, sé que has sido un hombre que siempre, a lo largo de su vida, ha sido celoso de su independencia, que ha hecho siempre lo que ha querido pero procurando no pisar las flores del camino para no hacer daño a nadie ni a nada.
Habría que comprender tu especial filosofía de la vida, impregnada de esa sabiduría observadora, amante de la paz y del sosiego, de esa filosofía que todo lo relativiza, deleitadora de los pequeños y de los grandes placeres de la vida: la soledad deseada con uno mismo, la charla con los amigos, el paseo por los aromas del camino, el tapeo, las copitas de vino……
Hoy he tenido que tirar de la nostalgia y recordar las muchas conversaciones que tuvimos sobre tantas y tantas cosas que tú siempre acompañabas con tu incansable sonrisa,  tus buenos consejos  y tus continuas palabras de eterna amabilidad.
Creo como cristiano y católico en la transcendencia y en la eternidad del alma y por eso sé que ahora habitas en ese otro mundo de gloria cerca de las estrellas, en el reino de los justos y de los buenos, donde ya no existen ni el tiempo ni el espacio. Desde esa magnitud observarás las penurias de este mundo nuestro, insignificante y materialista pero desde el que te echaremos de menos siempre y desde el que te recordaremos con cariño: unas veces al oír el quejío de una copla flamenca, otras, al pisar las arenas de esas marismas que tanto adorabas,  o ...al saborear cualquiera de los platos que tú tan bien cocinabas….en definitiva en el sentir de Huévar siempre habrá algo de ti.
Hasta siempre, amigo Fili.