30 de julio de 2015

PARA QUERERLO HAY QUE ROZARLO.


PARA QUERERLO HAY QUE  ROZARLO.

COMULGAR ES... ¡ROZAR A JESÚS!
Esta tarde he tenido la oportunidad de escuchar  esta meditación durante la homilía de la misa en honor del Beato Manuel González que quiero compartir con vosotros. Espero que nos ayude a disfrutar de la solemnidad que hoy celebramos aunque, bien es cierto, que la festividad del Beato se celebra en Enero.

Contaba el Beato Manuel González, sevillano de la Pila de San Bartolomé y bautizado junto a su querida Virgen de la Alegría, el obispo de los Sagrarios abandonados, que una vez interrumpió su explicación del catecismo para preguntar a los “golfillos” (en sus cariñosas palabras) por qué había que comulgar, recibir con frecuencia al Señor.

Muchos permanecieron callados, otros dijeron tonterías. Por fin, un gitanillo, con churretes por la cara, dijo: “Porque pa quererlo hay que rosarlo”. Para eso comulgamos, ¡para rozar a Jesús! O mejor dicho, para que Él nos roce a nosotros. Como un día lo rozó, cogiéndolo del manto aquella mujer del Evangelio que pensó discretamente que Jesús no tenía tiempo para ella y tan humilde se conformaba con tocarlo para que la alegría llegara a su vida.

Quiero, además, agradecer, una vez más, la presencia en la misa de las Hermanas Eucarísticas de Nazaret y muy especialmente a la Hermana María Elena. 

Por otro lado, constatar que la figura de Don Manuel forma parte de nuestra vida de Hermandad es una verdadera satisfacción personal.