PARA QUERERLO HAY
QUE ROZARLO.
COMULGAR ES... ¡ROZAR
A JESÚS!
Esta
tarde he tenido la oportunidad de escuchar
esta meditación durante la homilía de la misa en honor del Beato Manuel
González que quiero compartir con vosotros. Espero que nos ayude a disfrutar de
la solemnidad que hoy celebramos aunque, bien es cierto, que la festividad del
Beato se celebra en Enero.
Contaba
el Beato Manuel González, sevillano de la Pila de San Bartolomé y bautizado
junto a su querida Virgen de la Alegría, el obispo de los Sagrarios
abandonados, que una vez interrumpió su explicación del catecismo para
preguntar a los “golfillos” (en sus cariñosas palabras) por qué había que
comulgar, recibir con frecuencia al Señor.
Muchos
permanecieron callados, otros dijeron tonterías. Por fin, un gitanillo, con
churretes por la cara, dijo: “Porque pa quererlo hay que rosarlo”. Para eso
comulgamos, ¡para rozar a Jesús! O mejor dicho, para que Él nos roce a
nosotros. Como un día lo rozó, cogiéndolo del manto aquella mujer del Evangelio
que pensó discretamente que Jesús no tenía tiempo para ella y tan humilde se
conformaba con tocarlo para que la alegría llegara a su vida.
Quiero,
además, agradecer, una vez más, la presencia en la misa de las Hermanas Eucarísticas
de Nazaret y muy especialmente a la Hermana María Elena.
Por
otro lado, constatar que la figura de Don Manuel forma parte de nuestra vida de
Hermandad es una verdadera satisfacción personal.