17 de noviembre de 2009

BESAPIÉ DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA CORONACIÓN DE ESPINAS

BESAPIÉ DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA CORONACIÓN DE ESPINAS.

Durante los días 14 y 15 de noviembre permaneció expuesto en devoto Besapié el Santísimo Cristo de la Coronación de Espinas, titular de la hermandad del Valle, en horario de 10 a 14 y de 17 a 21 horas, en su sede canónica de la iglesia de la Anunciación, sita en la calle Laraña. Este acto es previo a la festividad de Cristo Rey, en la que la hermandad del Valle celebrará Solemne Triduo en su honor

El domingo día 15, la misa de 12 se ofició una misa con el acompañamiento musical de la Camerata de Ntra.Sra.de la Merced y San Juan Bautista, de Elche.

El Cristo de la Coronación de Espinas se encontraba simplemente impresionante como siempre. Sus pies, entre rosas rojas, recibieron la muestra de devoción de fieles llegados de distintas partes de Andalucía.

El origen de esta Hermandad es la fusión en 1590 de dos anteriores, en el convento del Valle: la de la Santa Faz que se funda en 1450 en el convento del Valle y la de la Coronación, fundada en 1540 en la Iglesia de San Martín. En 1810 se cierra el convento y se trasladan a San Román primero, luego a San Andrés, en 1892 al Santo Ángel, y en 1970 se ubica en el templo de la Anunciación, donde se instala hasta la actualidad

El maestro escultor y ensamblador Agustín de Perea talló la imagen del Cristo de la Coronación de Espinas en el año 1687. La imagen fue donada por el Mayordomo de la Hermandad, Toribio Martínez de Huertas.

A lo largo de su historia la imagen ha sufrido diversas intervenciones: La incorporación de ojos de cristal y la eliminación de la corona de espinas tallada en el mismo bloque craneal, así como las restauraciones de Emilio Pizarro y Cruz en 1879, Joaquín Bilbao ( persona muy ligada a la Hermandad de la Soledad así como su hermano Gonzalo) en 1918 y Juan Abascal en 1988 y el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico en 2000.

La figura del Cristo de la Coronación de Espinas es una escultura de 134 centímetros de altura, policromada y tallada en varias maderas, como el ciprés y el cedro. La cabeza esta cubierta por una corona de espinas superpuesta y su expresión se intensifica por la abundante sangre que mana de su cabeza y corre por su cuerpo.